PROYECTO RAÍCES
 

¿Estás listo para empezar este viaje de acompañamiento y aprendizaje?

¿Qué es el Proyecto Raíces?

​Proyecto Raíces es un proyecto híbrido que os acompaña y empodera

Es un acompañamiento pediátrico que se centra en los primeros 1.000 días de vida del bebé, desde la gestación hasta los dos años de edad, desde una mirada integral, preventiva y profundamente humana.

Las bases que se establecen durante estos primeros 1.000 días tienen un impacto significativo en su salud y bienestar futuros, incluso si ahora aún no lo percibes. Es en este periodo donde la conciencia y el esfuerzo en el cuidado pueden marcar una diferencia profunda y duradera.

Raíces tiene dos pilares:

  • Visitas personalizadas, con mirada integral y profunda, tanto para hacer las revisiones de seguimiento habituales como para cuando tenéis dudas sobre patología. Opción de primeras visitas domiciliarias cuando acaba de nacer, para que continúe en su nido
  • Programa formativo audiovisual, para empoderarte en cada etapa.

Este proyecto nace con tres valores esenciales:


- Presencia y sensibilidad, para acompañar sin juicio.
- Ciencia y prevención, para actuar desde el conocimiento.
- Respeto a los ritmos, del bebé, la familia y el propio proceso.

Y con un OBJETIVO claro:
" Guiarte con coherencia y confianza, para que puedas sostener la salud de tu peque con seguridad, autonomía y sentido"

OBJETIVOS

  •  Ofrecer una hoja de ruta clara y estructurada para que sepas qué observar, cómo acompañar y cómo intervenir (o no) en cada etapa del desarrollo de tu bebé.
  • Formar e informar con consciencia, para que tomes decisiones desde el conocimiento y no solo desde el miedo o la urgencia.
  • Empoderar a las familias para que vivan la crianza desde un lugar de seguridad, conexión y coherencia interna.
  • Prevenir antes que intervenir, poniendo el foco en el desarrollo óptimo, no solo en la ausencia de enfermedad.
  • Detectar de forma temprana señales que marcan la diferencia, desde lo estructural a lo emocional, y así poder actuar a tiempo.
  • Tender puentes entre la ciencia y el instinto, integrando pediatría convencional, salud integrativa, conocimiento actualizado y acompañamiento respetuoso.

EXPECTATIVAS

No prometo bebés que nunca se pongan malos.
Prometo una nueva manera de vivir la salud.

Con este proyecto espero:

  • Que confíes más en tu mirada, y también en la de quienes pueden ayudarte a mirar mejor.
  • Que dejes de correr detrás de los síntomas, y empieces a comprender lo que los origina.
  • Que conviertas cada revisión y cada vídeo en una herramienta real para construir salud.
  • Que llegues a los 2 años de tu bebé con una base sólida, una mochila llena de recursos, y la sensación interna de haber sembrado bien.
  • Este proyecto no es un protocolo rígido.
    Es un camino con dirección clara y acompañamiento cercano,
    para que tú y tu peque echéis raíces… fuertes, profundas y conscientes.

¿Que són los 1.000 primeros días?

Los primeros 1.000 días de vida —desde la concepción hasta los dos años de edad— son una ventana única y transformadora en el desarrollo humano. En este breve, pero poderoso tiempo, se escriben las bases de la salud física, emocional, metabólica e inmunológica que acompañarán a esa persona toda su vida.

Uno de los procesos clave de este periodo es la programación metabólica: todo lo que rodea al bebé —nutrición, parto, lactancia, vínculo, ambiente emocional, medicamentos— moldea de forma silenciosa, pero decisiva, cómo funcionarán sus sistemas en el futuro. Aquí se determina la maduración de su inmunidad, su metabolismo, su capacidad de gestionar emociones o su predisposición a enfermedades crónicas.

En el centro de esta programación está también su microbiota intestinal, que se forma y consolida en estos primeros años. Una microbiota equilibrada será clave para su salud digestiva, inmunológica, emocional y metabólica en la vida adulta.

Pero en los primeros 1.000 días no solo "programamos" sistemas invisibles: también acompañamos el desarrollo de la estructura y función corporal (postura, succión, respiración, movimiento). Detectar, guiar y estimular a tiempo es esencial para que el cuerpo pueda "brotar" de manera armónica, sin interferencias, permitiendo un desarrollo pleno.

Todo está aún por escribir. El cuerpo es flexible, receptivo y altamente influenciable. Y también los padres: más sensibles, abiertos y con un papel protagonista en sembrar salud a largo plazo.

Por eso, acompañar este periodo con presencia, conocimiento y consciencia no es solo importante: es decisivo.
Y yo estoy aquí para caminar a vuestro lado en este primer y fundamental capítulo.

Acompañamiento hasta los dos años... 
¿Por qué?

Sí, lo sé. Tradicionalmente, los pediatras acompañamos hasta los 14 años, y yo también lo he hecho durante mucho tiempo. He vivido etapas preciosas en consulta acompañando la infancia más allá de los primeros años, y valoro profundamente todo lo que sucede en cada etapa del desarrollo.

De hecho, es posible que en determinados momentos, o en proyectos puntuales, decida acompañar también a familias con hijos mayores, cuando el contexto lo permite y siento que puedo aportar. No me cierro, porque me gusta fluir con lo que la vida me propone y con lo que yo misma voy sintiendo.

Pero quiero ser clara: este proyecto, con este formato y esta energía, está centrado en los primeros dos años de vida.  Es ahí donde concentro mi mirada, mi experiencia y mi entrega más presente. No porque las otras etapas no importen —porque claro que importan— sino porque creo profundamente que en estos primeros mil días es donde más puedo sembrar, acompañar y transformar. 

Y mi momento vital es uno en el que bajo mis límites, mis valores, mi energía disponible y la forma en la que entiendo el acompañamiento —profundo, cercano y con sentido—, he decidido concentrar el 80% de mi entrega en ese 20% del tiempo en el que siento que más se puede sembrar.

Decido centrarme en este período porque es ahí donde mi presencia puede tener el mayor impacto. Es el terreno fértil por excelencia. Es el momento de mayor plasticidad, de mayor apertura, de más preguntas y también de más humildad. Un momento en el que las familias están sedientas de comprender, de mirar distinto, de tomar decisiones informadas y de escribir una historia de salud diferente.

Durante este período los bebés son puro presente y puro futuro. Sus cuerpos, sus sistemas, sus emociones y sus hábitos aún están por definirse. Con la información adecuada, con una mirada respetuosa e integradora, podemos acompañar decisiones que van a tener eco muchos años después. Y ahí es donde siento que tengo algo valioso que ofrecer.

Más allá de los dos años, por supuesto que sigue habiendo muchísimo valor en la prevención, en los buenos hábitos, en la conciencia. Pero también sé que mi capacidad de acompañar con la profundidad y coherencia que me exijo se vuelve más limitada.

Mi decisión no está basada en lo que no quiero acompañar, sino en lo que sí quiero hacer de forma plena, presente y fértil. Este es el terreno en el que florezco como pediatra. Es donde me siento más útil, más auténtica, más alineada con lo que sé, con lo que soy y con lo que deseo aportar al mundo.

 

¿POR QUÉ DECIDO HACERLO ASÍ?

  • Porque es el momento en el que se programa gran parte de la salud futura del bebé.
  • Porque es un periodo de máxima receptividad: tanto del cuerpo del bebé como de la mente y el corazón de los padres.
  • Porque el enfoque preventivo tiene más sentido y más fuerza que nunca en esta etapa.
  • Porque los primeros dos años son tiempo fértil para la educación en salud, para cambiar patrones, entender mejor el cuerpo, el vínculo y la crianza.
  • Porque los bebés aún son altamente moldeables, y lo que se decide hoy puede evitar muchas complicaciones futuras.
  • Porque en esta etapa es más fácil sembrar hábitos sostenibles y coherentes con la salud integral.
  • Porque los padres están más abiertos, más emocionados, más sensibles y más deseosos de escribir una historia diferente.
  • Porque yo, como pediatra, me siento más plena, útil y amorosa en este periodo.
  • Porque prefiero aportar profundidad y presencia en una etapa, que diluirme en todas sin la calidad que deseo ofrecer.

 

 

¿Y después de los dos años… qué?

Esta es una de las preguntas que más me hacéis, y siempre la recibo con mucha gratitud, porque habla de confianza y de vínculo.

Hoy por hoy, el proyecto Raíces está diseñado para acompañar de forma clara y profunda hasta los 2 años de vida.
En estos momentos no existe una estructura definida para seguir acompañando más allá de esa etapa, porque la intensidad y dedicación que requieren las visitas hasta los 2 años no me permiten que ese acompañamiento sea sostenible a largo plazo, sin comprometer la esencia que quiero cuidar.

Esta decisión nace del respeto a los ritmos del niño, a la profundidad de cada proceso familiar, y también a mis propios límites como profesional.

Sé que puede generar cierta incertidumbre —como cuando elegimos una escuela especial que solo cubre una etapa— " ¿QUE HAREMOS LUEGO? ". Ante esta cuestión seguramente, habéis tenido que rendiros un poco, aceptar la incertidumbre, decidir lo que más vibra ahora y confiar en que lo vivido ya será una base valiosa para lo que venga después. Yo confío en que lo vivido hasta aquí dejará raíces fuertes, una mirada consciente y un vínculo interno con la salud que os seguirá acompañando mucho más allá de mi presencia.

Así que, si resuena contigo este camino, mi invitación es: confía en lo que vibra hoy.
El resto... lo iremos descubriendo juntos cuando llegue su momento.

Y hasta ese momento.. ya  habréis atravesado la etapa de mayor vulnerabilidad de la infancia con consciencia, con escucha, con amor…


Y eso, ya es para siempre.

Las 3 etapas de los 1.000 primeros días

—♦— Semilla — Nido — Brote —♦—

Y te acompaño en todas si tu quieres, con los diferentes formatos de visitas según las necesidades que os puedan surgir en cada momento

¿Cuándo iniciar el acompañamiento?

Aunque podríamos comenzar este camino en cualquier momento dentro de esos 1.000 primeros días,  lo cierto es que, salvo situaciones muy puntuales, suelo recomendar iniciar el acompañamiento desde el nacimiento —o como mucho, antes de los 2-3 meses de vida—. 

Esta recomendación no es por rigidez, sino por coherencia con el tipo de mirada que propongo.

Mi enfoque está pensado para desplegarse desde el principio, desde esa primera etapa en la que todo está por escribirse. Es cuando más sentido tiene aplicar una mirada preventiva, integrativa y respetuosa, que se va entretejiendo con los ritmos del bebé y de la familia, desde el inicio

¿Hasta cuándo?

Durante los 1.000 primeros días —es decir, hasta los 2 años

¿Cómo trabajo?

Diferentes opciones según la etapa en la que os acompaño, y según las necesidades según el momento. Os acompaño tanto en las revisiones generales de salud con enfoque integral y preventivo, como en los momentos en los que surgen síntomas o desequilibrios.

 

OPCIÓN DISPONIBLE. Primeras Visitas Recién Nacido DOMICILIARIAS

HOJA DE RUTA

Cada revisión general de salud forma parte de una hoja de ruta cuidadosamente diseñada para acompañar los primeros años de vida del bebé desde una mirada amplia, profunda y respetuosa. y para que, al llegar a los 2 años, tengáis herramientas reales para vivir la salud familiar desde una mirada más consciente, positiva y optimizada.

POR ELLO, CADA VISITA SE ACOMPAÑA de una selección de materiales audiovisuales —minipíldoras formativas— pensadas específicamente para las necesidades de ese momento que os enviaré después de la visita para que podais visualizar hasta la siguiente revisión

¿QUÉ ES LA HOJA DE RUTA? DESCARGA HOJA DE RUTA

Los primeros mil días son solo un 20% del tiempo... pero pueden escribir hasta el 80% de su historia

Ahora vamos a hacer la valoración del coste...

¿POR QUÉ CADA ENCUENTRO TIENE EL VALOR QUE TIENE?

Esta es una pregunta muy válida y legítima. Y precisamente porque valoro vuestra confianza y vuestro esfuerzo, me gusta ser completamente transparente con lo que hay detrás de este número. Porque sí, es un número, pero representa mucho más que el tiempo concreto que paso en vuestra casa.

No es una visita cualquiera

Cuando me desplazo a vuestro hogar, no solo evito que tengáis que organizar una salida complicada con un bebé (coches, horarios, mochilas, lluvia, cansancio, siestas...), también os regalo la posibilidad de vivir la consulta en un entorno seguro, cálido, sin prisas y libre de contagios. No en una sala fría y despersonalizada, sino en vuestro hogar, donde el bebé sigue su ritmo, su rutina y se siente protegido. Y eso tiene un valor incalculable en términos de bienestar y de salud emocional y física.

 

En caso de VISITAS DOMICILIARIAS: El tiempo y el desplazamiento también cuentan

Para llegar a vuestro hogar dedico, de media, una hora de desplazamiento entre ida y vuelta. A veces más, dependiendo de vuestra ubicación. Eso incluye encontrar sitio, aparcar (o pagar un parking), caminar hasta vuestra casa... todo ese proceso que a menudo damos por hecho pero que forma parte real del trabajo.

 

La visita empieza mucho antes de que llegue a vuestra puerta

Antes del encuentro, recibo información sobre vuestra historia, os envío cuestionarios, preparo cada caso con mimo y estudio para poder llegar con la mente clara y el corazón disponible. No improviso. Me gusta estar presente de verdad, y para eso necesito llegar preparada. Eso también es tiempo de trabajo, aunque no lo veáis.

 

Durante la visita, estoy al 100%

Las sesiones duran entre 45 y 60 minutos, pero no son solo minutos. Son minutos de presencia plena, de escucha profunda, de atención individualizada, de mirada amplia. No solo hablo desde la medicina, sino desde la experiencia, la formación continua y una manera integrativa y coherente de ver la salud.

 

Y después… la visita continúa (aunque no lo veáis)

Cuando me marcho de vuestro hogar, la visita no termina ahí. 

A menudo, dedico tiempo a revisar lo que hemos conversado, a reflexionar sobre vuestro caso, a registrar la información importante, a integrar lo vivido y, en muchos casos elaboración de pautas o documentos personalizados que preparo para enviaros, o preparación del siguiente encuentro para que pueda tener continuidad, coherencia y un hilo conductor. 

Todo esto requiere tiempo y dedicación, que muchas veces ocurre fuera de los ojos del paciente, pero está.

Material extra

En cada encuentro, según las necesidades de vuestro bebé, os enviaré material diseñado específicamente para vosotros. Este contenido puede ser previamente elaborado o creado expresamente para abordar los temas que hemos tratado. Mi objetivo es ofrecer un acompañamiento cercano y de calidad, cuidando cada detalle del proceso.​

Habitualmente, recibiréis también material audiovisual que complementa la Hoja de Ruta de salud infantil, que abarca aspectos como la adaptación alimentaria, el sueño, el desarrollo emocional y la prevención. Estos recursos están pensados para profundizar en los temas tratados, fomentar la reflexión y ayudar a visualizar el proceso durante las semanas siguientes a la consulta. Dado que en consulta no siempre disponemos de tiempo para abordar todos los aspectos, estos materiales sirven como apoyo para que podáis preparar las dudas y consultas para el próximo encuentro.

No es solo una consulta, es un espacio de transformación

Muchas veces, estas visitas son mucho más que una consulta médica. Son espacios de aprendizaje, de despertar, de comprensión profunda. Y eso también es parte del valor que ofrezco: conocimiento, mirada y acompañamiento consciente.

 

ah!! y 💬 Sobre el seguimiento entre visitas...

Por lo general, el valor de las visitas no incluye el acompañamiento entre sesiones. Esto significa que no está contemplado el intercambio continuo de mensajes ni la resolución de dudas entre una consulta y otra, ya que eso supone más tiempo y energía que no siempre están disponibles.​

Sin embargo, entiendo que pueden surgir preguntas entre visitas. Por ello, os ofrezco la posibilidad de resolver una duda puntual al mes, siempre que esté relacionada con los temas abordados en consulta. Este espacio está pensado para aclarar cuestiones aisladas, no para tratar dudas extensas o nuevos temas.​

Si surgen dudas, os recomiendo que las anotéis y las reflexionéis. Al llegar a la siguiente consulta, podremos abordarlas de forma más profunda y eficaz, partiendo de esos puntos que ya habéis identificado.

Por todo esto y más, el valor de cada visita no solo me parece justo, sino que en muchos casos siento que se queda corto si pormenorizamos lo que implica. Pero hoy por hoy, es el valor que me permite seguir ofreciendo este tipo de atención con equilibrio, con amor y con la calidad que me exijo a mí misma.
Gracias por verlo, por entenderlo y por valorar también el trabajo invisible que hay detrás. 

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